Procrastinar… ¿flojera o un estado de ánimo?

Vamos, estás en la oficina y sabes que tienes mil pendientes por hacer, incluso los tienes anotados en tu agenda y piensas “debo terminar esto para tal hora” pero cuando llega el momento de hacerlo, haces todo menos lo que deberías hacer, a esto mi querido lector se le llama procrastinar.

No es ninguna enfermedad, no es flojera, ni algo que debas tratar con medicamento, pero sí debes prestarle atención. ¿Por qué?, debido a que te hace retrasar tareas que son de real urgencia, más que contestar tus mensajes de Instagram.

Pero primero explicaremos qué es y qué debemos hacer ante ella.

Si procrastinar no es flojera, entonces ¿qué es?

De acuerdo a la RAE (Real Academia Española), procrastinar significa aplazar, diferir tareas. Por lo tanto, es posponer deberes y responsabilidades por otras que suelen ser más gratificantes de hacer pero que son irrelevantes.

En un artículo publicado por el NYTimes, Piers Steel Profesor de psicología Motivacional en la Universidad de Calgary menciona “procrastinar es hacer daño a uno mismo”.

Los procrastinadores son conscientes de la acción, y saben que después estarán estresados por lograr entregar el trabajo a tiempo, pero a pesar de saber las consecuencias, continúan con la misma dinámica.

Entonces, ¿procrastinar es un estado de ánimo?

En un artículo llamado Bored? de Anna Gosline, publicado por el Scientific American Mind, nos dice que procrastinar está relacionado con nuestras emociones y estados de ánimo.

Bien se dice que la procrastinación no es falta de tiempo, es una cuestión de emociones. Para entenderlo mejor, se postergan tareas por aburrición, ansiedad, frustración, etc, únicamente por lapsos de tiempo.

¿Cómo huir de la Procrastinación?

Es necesario entender que no estamos diciendo que sea malo si lo haces de vez en cuando, pero de vez en cuando, no todo el tiempo, por todas las consecuencias que puede traer a tu vida y más en tu trabajo.

No hay una receta mágica que te haga cambiar tus hábitos de un día a otro, pero si se puede empezar por algo.

Lo más sencillo es crearte un hábito de disciplina, poner horarios, e incluso si eres adicto a tu celular, puedes poner bloqueos en el que solo te deje usar ciertas apps por un determinado tiempo para que no te distraigas tanto.

Conclusión…

Después de todo lo leído, ¿eres o no eres un procrastinador? Si tu respuesta es sí, ¿piensas tomar cartas en el asunto o eres un procrastinador sin remedio?

No te mortifiques y empieza por identificar aquellas cosas que se roban tu tiempo de lo esencial y poco a poco irás notando micro cambios en tu vida.