¿Sabes controlar tus emociones en el trabajo? 🧐
Una de las características más extraordinarias de una empresa, es la capacidad de construir relaciones personales. Sin embargo, esto implica un reto difícil debido a que existen equipos diversos, cambios constantes, así como desafíos que elevan los niveles de estrés, poniendo a prueba la gestión o control emocional. ¡No te preocupes!, existen mecanismos para controlar mejor nuestras emociones en el trabajo.
Una herramienta clave…¿Qué es la inteligencia emocional?
Para introducirnos en la importancia de la capacidad de dominar los sentimientos y emociones, debemos partir del concepto de inteligencia emocional:
La misma se define como “la habilidad de gestionar las emociones de modo que sean expresadas de forma adecuada y efectiva, permitiendo a las personas trabajar de manera coordinada en torno a los objetivos comunes”. (Daniel Goleman, Emotional Intelligence).
Las investigaciones científicas han demostrado que este tipo de inteligencia es el mayor predictor de éxito en el cociente intelectual. Por eso, el control de las emociones en el trabajo se ha convertido en una de las competencias básicas de colaboradores y líderes.
¿Cómo alcanzar una correcta Gestión Emocional en la empresa?
Para lograr una gestión óptima de las emociones, podemos emplear un método de regulación basado en seis etapas que permiten un procesamiento emocional eficiente de cada experiencia.
- Apertura emocional: Ante la reacción emocional que surge frente a determinada situación, se debe realizar un acceso consciente a las emociones. Es decir, dejar fluir la respuesta que está provocando ese hecho concreto.
- Atención emocional: Dedicar recursos atencionales a esa información emocional; intentando encontrar el origen de una reacción.
- Aceptación emocional: Se trata de no juzgar de forma negativa un sentimiento / emoción. Es necesario asumir que todas las personas tienen emociones positivas y negativas como parte natural del comportamiento humano.
- Etiquetado emocional: Identifica lo que sientes. Hacerse preguntas es clave para alcanzar este estado.
- Análisis emocional: Reflexiona sobre las implicaciones de ese sentimiento de manera personal y en el entorno (detectar qué acción conduce a ejecutar esta emoción, por ejemplo: toma de decisiones apresuradas / injustas; miedo y desconfianza de otros colaboradores).
- Regulación emocional: El proceso de gestión concluye con la modulación de la reacción emocional, es decir, cuando se ajustan las respuestas a través de estrategias cognitivas, fisiológicas o conductuales. Alcanzando el equilibrio y optimismo.
¿Cómo te beneficiará aplicar los 6 pasos?
Al aprender a identificar las diversas emociones que se suscitan y canalizarlas correctamente, las mismas comienzan a trabajar como beneficios interpersonales, de modo que ayudan a controlar el comportamiento, resguardar el pensamiento y actuar de manera equilibrada.
Recuerda también que las emociones tienen un efecto contagioso. Esto significa que cada persona (en el caso empresarial, colaboradores) influye en el estado de ánimo de los demás para bien o para mal, generando una reacción en ellos.
¡Todo está conectado! Recuerda que un correcto control de las emociones en el trabajo se traduce en un equilibrio emocional de todo el equipo, lo que repercute en la cohesión, el alto desempeño, la productividad y los óptimos resultados organizacionales.