Llegas a la oficina, entras a tu bandeja de correo electrónico, ves la lista de pendientes, y piensas ¿en qué momento podré acabar con todo esto? Ser productivo en tu día a día no es tan difícil como piensas.
El estrés es uno de los principales motivos por los cuales disminuye la productividad en cualquier disciplina, sobre todo dentro del ámbito laboral.
De acuerdo a un estudio realizado en 2018 por Wrike el 94% de los trabajadores sufren altos grados de estrés, los cuales no ayudan a avanzar ni llegar a los objetivos propuestos.
La doctora Leah Weiss, profesora de la Universidad de Stanford, autora de How we work: Live your purpose, reclaim your sanity, and embrace the daily grind, nos cuenta en una parte de su libro que “el estrés crónico debilita la cultura y provoca fatiga, ansiedad y confusión acerca de las prioridades”
Dicho esto, en el artículo de hoy te contaremos cómo aumentar tu productividad día a día en tu trabajo.
¿Por dónde empezar?
Debes tener muy en cuenta que no hay una fórmula secreta que haga que mágicamente adoptes nuevos hábitos, pero sí existen muchos tips y consejos que te ayudarán a crear nuevas formas de empezar, organizar y hacer las cosas.
- Elimina distractores: siempre hay algo que nos distrae y evita que avancemos con nuestra To Do List.
- Prioriza y ordena: pon de mayor a menor relevancia las cosas que debas hacer. De esta manera será más fácil terminar con las tareas del día.
- Empieza con lo que menos te guste: todos en algún momento hemos tenido que hacer algo que no nos gusta, es por ello que entre más rápido lo termines, mejor.
- Canaliza tu energía: recuerda que al empezar el día tienes mayor energía, aprende a usarla, y te será más fácil cumplir con tus tareas.
Elimina distractores
¿Sabías que tardamos alrededor de 25 minutos en volver a concentrarnos? Y si a eso le sumamos el uso de redes sociales, las interrupciones de nuestros compañeros de trabajo, o esas llamadas de amigos y familiares que nos hablan de vez en cuando; ya habremos perdido más de una hora de nuestra jornada laboral.
Por lo tanto, pon en silencio las notificaciones de tus redes sociales, así no te verás en la necesidad de ver quién te etiquetó en aquel meme godín.
Si tus papás suelen marcar mientras trabajas, mándales un mensaje diciéndoles que les puedes regresar la llamada o el mensaje en tu hora libre o cuando salgas de trabajar, se sutil y créeme, lo entenderán.
Es bueno convivir con tus compañeros de trabajo, pero hay que ser modestos al momento de hacerlo y no tomarse toda una hora para hablar sobre los problemas con sus respectivas parejas.
Evita tomar demasiados líquidos o cosas que te caigan pesadas, así evitarás ir muchas veces la baño.
Siguiendo esto tendrás menos distractores, los cuales generan una menor productividad.
Reduce tus niveles de estrés
Aunque a veces lo parezca, no todo es trabajo. El tomarnos un tiempo para nosotros mismos es muy importante. El aprender a respetar nuestro espacio fuera del trabajo, es indispensable para una buena salud física y mental.
–Evita revisar tus mails o cosas del trabajo mientras estés desayunando, comiendo o cenando. El comer de manera tranquila y relajada te ayudará a tener una mejor digestión.
–Haz ejercicio. No necesitas meterte al gym para hacerlo, con que salgas a correr o te pongas una rutina de internet, te ayudará a liberar estrés y a sentirte más fresco.
–Una buena alimentación. El llevar una vida de oficina no debe ser pretexto para descuidar lo que comemos. De acuerdo a la OIT (Oficina Internacional del Trabajo), el tener una mala alimentación reduce en un 20% nuestra productividad.
Aprende a gestionar
Uno de los grandes problemas de todos es el no saber de qué manera organizarse mejor, por lo tanto, el aprender a cómo gestionar nuestras tareas nos dará una gran ventaja.
Al inicio del día siempre tenemos más energía que al final, es por eso que debes empezar con lo más pesado o aquello que no te gusta tanto.
Si tienes que realizar juntas, de preferencia ponlas en la mañana. Es el momento más fresco para dialogar y llegar a un buen acuerdo con alguien, ya que no ha pasado por momentos de estrés que perturben su tranquilidad.
Gestiona tus e-mails, aunque tengas 100 mails que leer, prioriza cuales son los de mayor relevancia, o si te funciona mejor, contesta aquellos que no requieren de mucho tiempo, y cuando hayas terminado con ellos, empieza con los que necesitan de más tiempo y atención.
Organiza tus llamadas, siempre ten tu calendario contigo para que no se te olviden aquellas llamadas agendadas. Si sabes que tendrás que realizar varias llamadas en un solo día, realízalas en un mismo horario, de esta manera podrás hacerlas de corrido sin distractores.
En conclusión…
El ser más productivo o no en nuestro trabajo no es una gran ciencia ni algo que se aprende en la escuela, es cuestión de organización, planeación y decisión.
Son hábitos que debemos ir creando en nosotros. Es como cuando empiezas una dieta y ejercicio, al principio parece casi imposible, pero con el tiempo, dedicación y esfuerzo, empieza a volverse un camino bastante fácil.
Por lo tanto, empieza por lo más sencillo y pequeño, notarás cambios.
Algo que también puede funcionar es si enrolas a tus compañeros de trabajo a hacer lo mismo, y lo pueden trabajar juntos como equipo. No sólo terminarán antes sus tareas, sino que como empresa tendrán un mayor crecimiento, y con suerte, un incremento de sueldo.
Al mismo tiempo, el tener una mayor productividad en tu trabajo puede hacer que tengas un fin de semana largo, o la oportunidad de hacer home office.
¡Así que ya no lo pienses más y empieza desde hoy!