Más de 4 horas seguidas pegado a un monitor, vista empezándose a cansar, espalda encorvada tal cual camarón, insistes en que aún puedes pero… tú y yo sabemos la verdad, tu kilometraje se está agotando y requieres más combustible para tu jornada laboral. ¿Te suena esta situación? Sigue leyendo y pon en práctica los siguientes consejos para ya no ser una víctima más de este terrible monstruo llamado burnout.
Primero que nada debemos definir qué es un break y por qué son tan beneficiosos (y súper necesarios dentro de nuestra rutina laboral)
Llamamos break a una pausa momentánea que se hace en cierta actividad que requiere de gran parte de nuestra concentración. Se realiza para poder recargar energía, recuperar el enfoque y sobre todo, para no caer en estrés, nos permite pasar a un estado de relajación, principalmente mental pero también físico.
¿Sabías que suceden cosas increíbles cuando nuestro cuerpo esta en calma?
Al poner a nuestro cuerpo en estado de calma se reducen los niveles de cortisol y adrenalina (hormonas asociadas al estrés) y se consigue eliminar malestares físicos como dolores estomacales, de cabeza, tensión, etc. También nos permite obtener un equilibrio emocional pues estando relajados conseguimos aumentar nuestros niveles de serotonina, la hormona encargada de hacernos sentir más alegres y creativos.
Ok, ya entendí, ¿Me platicas sobre las técnicas de relajación para tomar un buen break?
¡Por supuesto que sí! El objetivo es desconectarse mentalmente y permitir que nuestro cerebro se relaje, dando pauta a un proceso llamado “Desapego psicológico”. Lo único que tienes que tomar en cuenta es no pensar en nada más, verdaderamente darle la importancia a tu break, además en unos minutos volverás a tu actividad laboral, no pasa nada.
Ah, y por si te lo preguntabas no hay algo como “El tiempo ideal para un break” te diré que esto es relativo y depende completamente de ti, solo toma en cuenta que los micro-descansos no son eternos y su objetivo es que salgas de la monotonía por unos instantes.
Descuida es un arte que con la práctica seguramente dominarás. Te platico sobre dos técnicas de relajación que te ayudarán en este camino de convertirte en un máster de los breaks.
Técnica Pomodoro
Una técnica muy conocida para concentrarte mejor sin estresarte, es la de Pomodoro, así es, como el tomate. Se puede usar en muchas situaciones, aunque se adapta mejor a las labores repetitivas, te platico cuales son los pasos a seguir:
- Coloca una alarma en tu reloj por 25 minutos y realiza tu actividad hasta que esta suene
- Relájate por 5 minutos (micro-break)
- Repite paso 1 y 2
- Después de cuatro repeticiones de Pomodoro, extiende los descansos desde 20 minutos hasta más
Puedes usar esta reconocida técnica cuando te encuentres realizando un trabajo que requiera de mucho esfuerzo cognitivo. Como te platicaba, lo mejor es que la puedes poner en práctica en varias situaciones, como por ejemplo, si te encuentras realizando un reporte ejecutivo, editando elementos visuales, redactando un artículo, respondiendo correos, básicamente en cualquiera de las actividades que realices en tu empleo la puedes aplicar.
Técnica flowtime
Otra técnica popular es la llamada flowtime o tiempo de flujo, la cual propone que se tomen descansos cuando el pico de la productividad baja, se recomienda para personalidades creativas.
Los tiempos de flujo tienen una duración de entre 25 a 90 minutos.Se trata de configurar tu alarma, por ejemplo por 45 minutos dedicarte a una tarea específica (aquí no hay multitask), si pasando estos minutos aún tienes concentración y mucha motivación, continuas.
¿Aún hay energía? si notas que la tarea se está volviendo muy pesada entonces descansa por unos 8 minutos. Por otro lado, si llevas más de 50 minutos realizando tu actividad entonces un break de 10-15 minutos te vendrá demasiado bien.
Como puedes ver, esta técnica es más libre, realmente la duración de estos respiros la decides tú. Además, esta técnica te permite analizar tus patrones de concentración, fatiga y tu tiempo de recuperación, en base a esta información puedes sacar tus propias conclusiones y descubrir a qué hora del día trabajas mejor, por ejemplo.
¿Y qué puedo hacer durante mi break?
Primero, respira, activa tu cuerpo y estírate e intenta cambiar de panorama. Después, lo que puedes intentar hacer es:
- Conversa unos minutos con tus compañeros, ¡platica de esa nueva serie de Netflix que tanto te ha gustado!
- Come un snack, alguna fruta o galletas
- Prepara un café o té, te dará energía
- Checa la tendencia en memes de lomitos y michis (perritos y gatitos).
- Mira Tiktok o reels en Instagram (sabemos que es difícil detenerse pero tú puedes).
Si actualmente te encuentras haciendo home office puedes acostarte unos minutos en tu sofá, platicar con tu familia o roomies, ir por un bocadillo a tu cocina, acariciar a tus mascotas, e incluso hacer actividades físicas como dar un paseo en bici, salir a caminar, el punto es moverse y tomar aire fresco.
Saber repartir tu tiempo será un factor importante y sobre todo no te olvides de avisar a tus compañeros que tomarás un break momentáneo. ¡Ponlo en tu Google Calendar!
Son numerosos los beneficios de implementar estos mini descansos en tu rutina laboral primeramente porque aprendes a tolerar la frustración pues utilizas herramientas para vencer el estrés, en segunda porque consigues aumentar tu creatividad mejorando tu memoria y concentración, y finalmente porque logras aumentar tu productividad, la cual también aporta beneficios a tu empresa.
Este es un friendly reminder de que no hay mejor remedio que parar unos instantes, tienes licencia para darte un merecido break utilizando la técnica que mejor te convenga, recuerda realizarlos con regularidad y de manera voluntaria.
Pero ¡ojo! que no se te olvide lo que el tío Ben Parker dijo alguna vez: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”