Seamos sinceros, distraerse en el trabajo es un poco más común de lo que nos gustaría admitir. En lugar de enfocarnos en acabarlo, optamos por distraernos. Quizas sea viendo en qué acaba el capítulo de la serie, qué memes hay en Facebook, o a veces hasta preguntarle a Paco si sigue con la Lore después de que ésta le llamó “vieja loca” a su mamá.
¿De verdad es tan malo distraerse en el trabajo?
No, al contrario. Te invitamos a que te remontes a los tiempos cuando andabas en secundaria. Seguramente ahora te viene a la mente los proyectos y tareas que te dejaban, sin mencionar los exámenes imposibles que te hacían resolver.
Cuando tenías que estudiar para esos exámenes, pero tenías sueño, ¿qué hacías? Si eras como algunos, dormías y luego de eso volvías a estudiar. Pero incluso las personas que se mataban estudiando con todo y sueño, descubrían que no se acordaban de la mayor parte de lo que habían estudiado.
¿Te das cuenta a dónde va esto? La vida laboral no te dice que debes trabajar hasta la muerte de tu última neurona. Aquí lo más importante no es que dejes de trabajar, sino tu desempeño al trabajar.
Si tantas tareas ya te cansaron, ahora cánsate, pero de ver memes. O estar tanto tiempo sentado ya te dejó hasta con dolor de espalda, párate a contarle el chisme a tu amiga de marketing. Talvez necesitas un descanso, dátelo. Siempre y cuando, eso te va a hacer regresar con más ánimo a seguir con tu trabajo, hazte ese favor.
Si todavía no te convencemos, entonces ve a tu alrededor. Los gerentes no se la pasan trabajando sin parar hasta que da la hora de irse a casa. Tampoco los de Recursos Humanos y te apuesto que ni siquiera tu jefe. Así que ve, tómate tu tiempo, descansa, distráete, eso sí, no olvides tus deberes. A este importante aspecto de la vida se la llama equilibrio.